domingo, 16 de enero de 2011

Mi madre VS Niños ingeniosos.

[Escena: Coche familiar. Mis padres sentados cómodamente delante; mi hermano, Marta, Javi (hijos de una amiga de mi madre) y yo apretujados detrás.]

Mi madre: Bueno, Marta, ¿qué tal las clases de hípica?

Marta (poniendo la típica cara que ponen los niños ante estas típicas y aburridas preguntas de adultos): Bien.

Mi madre (desesperación absoluta por sacar conversación): ¿La pista es redonda? ¿Das muchas vueltas?

Marta: No... es cuadrada.

Mi madre: Ah... ¿y te caes mucho al suelo?

Marta (haciendo gala de la lógica aplastante con la que a menudo te sorprenden los críos): Pues no. Es que acabas yendo hacia donde mires, ¿sabes? Si miras al suelo, te caes, pero si miras hacia delante, avanzas. Como la vida misma.

Período de un breve silencio durante el cual todos reflexionamos acerca de este gran razonamiento.

Javi: ¡Ah! ¿Y si miras hacia un avión ultrapotente que esté atravesando el cielo, apareces encima?



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